1. Componentes hardware (I)
A la hora de comenzar a construir un HTPC es evidente que cada usuario tendrá sus propias necesidades y posibilidades (económicas), así que la elección de los componentes hardware que compondrán el sistema es realmente variada. Como comentaba en la introducción, esta guía solo es una referencia porque los gustos varían, y también las opiniones sobre la validez técnica de una u otra opción. Así pues, paso a describir los componentes básicos de los HTPCs, y cómo no, los que yo he elegido.
1. Caja
Este es probablemente el componente más decisivo para el resto de las opciones, ya que de la caja que elijamos dependerán en gran medida el resto de los componentes. Existen cajas para todos los gustos, y aunque teóricamente podréis utilizar una caja convencional, un buen HTPC debería basarse en una caja especialmente diseñada para este propósito. Los ordenadores de salón pueden ocupar muy poco – como ocurre con los llamados ‘Barebones’ y esos PCs de marcas tan reconocidas como Shuttle, pero yo ni las consideré para mi propósito – o bien ser tan voluminosos con un PC convencional. La diferencia en el caso de las cajas HTPC reside en que sus diseños y prestaciones permiten ‘disimularlas’ de forma que parezcan un aparato más del salón, y no un PC convencional.
En este como en otros casos las opciones son inmensas, pero está claro que hay varios fabricantes que destacan por su experiencia en este campo: Silverstone es probablemente uno de los más conocidos, aunque hay otros fabricantes como Zalman, Thermaltake, Lian Li, y algunas que están ganando popularidad comoOrigenAE o NMedia.
En mi caso me decidí por una Silverstone LC16BMR (perteneciente a la serie LC16M), una caja compatible con el estándar ATX y que ofrece una distribución de componentes perfecta para mis necesidades. Además, esta caja incluye VFD/IR, es decir, un display con un sensor infrarrojos integrado para visualizar diversos tipos de información y además para controlar el PC remotamente con el mando a distancia incluido, algo de lo que hablo más adelante. En la imagen está la caja en color plateado, aunque yo elegí el modelo en color negro.
Lo cierto es que tras finalizar el proyecto uno se da cuenta de que lo de disponer de la pantalla VFD es un poco pijada, y eso que la de las Silverstone LC16M apenas ofrecen un par de líneas de texto. A la distancia que uno se coloca para ver la tele las pantallitas son prácticamente ilegibles. De hecho, a no ser que seáis unos friquis de élite, ni os paréis a pensar en esas cajas tan llamativas con pantallas LCD de 7 pulgadas en las que se reproduce lo mismo que se ve en tu TV, monitor o proyector. Seguramente nunca llegarías a aprovecharlas realmente. Si queréis ahorraros dinero en la caja optar por una que al menos disponga de un sensor IR y un mando a distancia para controlar a distancia las aplicaciones Media Center. Hablaré de las opciones de control a distancia más adelante, pero como decía, lo de la pantallita VFD es un poco pijada.
2. Tarjeta gráfica
El mercado de las tarjetas gráficas se ha beneficiado del esfuerzo de AMD/ATI y NVIDIA por dar soporte hardware a las tareas de decodificación de vídeo. Las tecnologías Avivo de AMD y PureVideo de NVIDIA son las exponentes de este esfuerzo, ya que ambas se centran en mejorar la decodificación de los códecs de compresión de vídeo y la calidad de la imagen, aunque su repercusión final en el resultado sigue siendo confusa: muchos usuarios no acaban de apreciar las ventajas de ambas ofertas, y ni AMD y NVIDIA parecen muy dispuestas a aclararlas más allá del aspecto publicitario que acompaña a estas tarjetas. Existen varias comparativas de estas tecnologías – AnandTech, y una más reciente de Tom’s Hardware – que tratan de ofrecer una explicación sobre las ventajas que aportan.
Al margen de esas tecnologías, para mí había dos factores que eran fundamentales a la hora de elegir la tarjeta gráfica de mi HTPC. Por un lado, que tuviera refrigeración pasiva – ruido cero – y por otro, que dispusiese de una salida HDMI. Esto último no es demasiado importante, ya que qunque la señal HDMI conjuga vídeo y audio, actualmente las gráficas sólo aportan el vídeo. Es cierto que la tarjeta de sonido puede redirigir su salida a la gráfica para que el puerto HDMI sí funcione de forma completa, aunque la solución no es óptima, y muchos afirmarán que el binomio DVI-S/PDIF cumple con las necesidades de cualquiera… pero no si quieres conectar el PC directamente y sin adaptadores a un receptor A/V, como era mi caso. También es cierto que las nuevas tarjetas de ATI de la familia HD2000 ofrecen dicha posibilidad, pero en mi caso ATI no era una opción cuando compré la tarjeta porque en ese momento los controladores en Linux de estas tarjetas eran lamentables. Afortunadamente esa situación cambiará pronto – AMD está liberando las especificaciones de sus GPUs a la comunidad Open Source – pero por el momento NVIDIA me parecía una solución más coherente con mis necesidades. Así que mi elección era clara, y la respuesta, la tarjeta XFX 7600GS HDMI que dispone de esos elementos y que no me salió demasiado cara (unos 90 euros).
Como decía, lo de la salida HDMI es muy útil si como yo queréis conectar el PC al receptor A/V, y aunque al final he optado por no conectar la tarjeta de sonido con la gráfica, creo que disponer de esta salida sigue siendo una excelente elección, sobre todo teniendo en cuenta que el estándar HDMI está triunfando en todo el mercado y todo tipo de dispositivos – incluidos proyectores y pantallas planas LCD/Plasma.
3. Tarjeta de sonido
Un HTPC es por definición un equipo multimedia, así que olvidaos del sonido integrado en las placas madre convencionales: aunque disponga de soporte para alguna tecnología de sonido envolvente (Dolby Digital 5.1 es la más extendida) lo mejor es invertir algo más de dinero para una tarjeta de sonido especializada. Las tarjetas de Creative X-Fi son claramente una atractiva opción, pero después de rebuscar en muchos foros me encontré con una opción que a muchos les gusta más: la Auzentech X-Plosion, que por 80 euros ofrece sonido Dolby Digital Live y DTS Digital Surround con hasta 7 canales. La tarjeta tiene más cosas de las que un usuario convencional pueda necesitar – como es mi caso – pero eso me da margen para sacarle más partido en el futuro.
Y es que la tarjeta de sonido no sólo aporta sonido envolvente de calidad, sino también unos chips de audio que permiten ofrecer teóricamente una fidelidad altísima que incluso sirve para utilizar estos equipos como sistemas de alta fidelidad en los que disfrutar de la música en estéreo. Después de todo, tu HTPC no sólo servirá para ver pelis, sino para escuchar audio como si dispusiéseis de un equipo lector de CDs de gran calidad, además, obviamente de vuestros MP3s y música comprimida con otros códecs, ya sean con o sin pérdida.
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