lunes, 28 de mayo de 2012

4. Componentes hardware (y IV) Construye tu propio HTPC

Aunque los componentes del HTPC en sí ya están completados, quedaría por comentar qué otros elementos necesitamos para disfrutar de nuestra sala de cine en casa controlada por el HTPC.
14. Televisión
Obviamente necesitaremos un buen televisor para disfrutar de nuestro HTPC en toda su extensión, y aquí me temo que no os puedo ayudar demasiado porque estoy muy lejos de considerarme un experto. Sin embargo, sí me puedo aventurar a dar unas claves. El televisor que elijáis para conectarlo a vuestro HTPC debe tener, como mínimo, soporte HD Ready, es decir, que permita ver las películas de alta definición con salida de vídeo 720p (‘p’ de ‘progresivo’). Existen una buena cantidad de normas disponibles, así que os recomiendo que os leáis algún artículo o glosario para comprender los términos de forma rápida, pero lo esencial es que la TV soporte 720p como mínimo. Además, dado que vais a usar la tele en modo ordenador de cuando en cuando – por ejemplo, para navegar – también resulta útil disponer de una buena resolución en ese modo.
En esencia lo que esto va a querer decir es que lo ideal es que como mínimo la tele incluya entradas HDMI y VGA además de las tradicionales del euroconector, la antena o el vídeo compuesto. Aquí, como siempre, cuanto más mejor, pero siempre hay que buscar el equilibrio – por el tema económico, claro – así que podéis centraros en algunas buenas ofertas que hay en el mundo de las LCDs existentes actualmente y que no hacen más que bajar, para alegría de los compradores. Yo opté por una Samsung LE32B de 32 pulgadas – no recuerdo el modelo exacto – que tiene las entradas de las que hablo y que se ve fantástica, aunque algún problema he tenido con los modos 720 al conectarla a la Xbox 360. Aún así, por algo menos de 600 euros es perfecta para mi propósito.
15. Proyector
Pero claro, el concepto de cine en casa no es completo si no disfrutas de una pantalla realmente grande, y aquí entra en juego el mundo de los proyectores, de los cuales hay también infinidad de posibilidades. Tampoco soy un experto, así que tras investigar – foros como ProjectorCentral o los de MundoDVD son imprescindibles – y preguntar a gente que conocía con más tablas en el tema, me decidí por un Sanyo PLV-Z5, que dispone de dos entradas HDMI, otras dos por componentes, una VGA y una de vídeo compuesto, y además, soporta resoluciones 720p y trabaja en formato 16:9. O sea, justo lo que estaba buscando.
En ese rango de precios (unos 1000 euros) existen otras alternativas interesantes como el Panasonic PT-AX100U o el Hitachi PJ-TX300, pero tras leer opiniones en varios foros – como esta comparativa con el Panasonic en ProjectorCentral – vi que el Sanyo, algo más barato, me serviría perfectamente, y lo he podido confirmar después. No hace demasiado ruido – algo importante en estas instalaciones – y la calidad de vídeo y opciones del proyector son sobresalientes en mi modesta opinión.
Importante también es la elección de la superficie de proyección, pero aquí aproveché una experiencia anterior y he colocado una pantalla que en realidad no lo es: se trata de un estor del Ikea (llamado Tupplur, y disponible en varios tamaños) al que muchos usuarios han recurrido para que les sirva de pantalla, en lugar de gastarse las millonadas que cuestan las pantallas eléctricas (por el mecanismo con el que se despliegan). A esta tela incluso se le puede dar una capa de una mezcla de pintura para mejorar el brillo y contraste de la misma, así que por unos 30 euros podéis tener resuelto el problema. Yo, la verdad, estoy contentísimo con el invento. En los foros de MundoDVD hay mucho friqui que sabe de esto mucho más que yo, y ellos lo comentan en este hilo de discusión.
El secreto de la mezcla milagrosa: “3/4 Valon Satinado blanco (o Titan Hidralux blanco) + 1/4 TitanExport Gris Medio 1104. Añadir un 10% de agua y aplicar con rodillo de pelo para lograr una fina textura granulosa La buena. Y como muy bien han comentado arriba, oscureciéndola un poco según necesidades con unas gotitas (solo gotitas) de Titán Tinte Negro, dependiendo del contraste y brillo de tu proyector; a menos contraste y mayor luminosidad: más oscura. Si el tamaño de tu pantalla es más grande de lo habitual (como la mía), entonces no oscurezcas la mezcla.
16. Sistema de sonido
Para construir un buen cine en casa lo ideal es invertir en este apartado, que es importantísimo si queréis disfrutar del sonido. Pero en mi caso tuve que cortar presupuesto por algún lado y opté por un sistema de cine en casa de Sony HT-DDW890 que consta de un receptor A/V (modelo 890-algo) y de un sistema de altavoces 6.1: el subwoofer, uno central, dos frontales y tres traseros. Probablemente este es el apartado en el que más flojea mi sistema de cine en casa, pero la verdad es que no soy un audiófilo – yo diría incluso que soy algo duro de oído – y no logro apreciar muchas diferencias entre un sistema ‘decente’ y otro ‘bueno’. Conclusión: por unos 300 euros conseguí solucionar un apartado que era complejo, ya que esa cantidad de altavoces y cables rompen un poco la estética de cualquier salón, a no ser que lo quieras dedicar únicamente a servir de sala de cine, y no era mi caso.
Otro factor fundamental a la hora de elegir mi sistema de sonido fue la presencia en el receptor A/V de dos salidas y una entrada HDMI, lo que me permite conectar el PC a través del receptor A/V tanto a la tele como al proyector, y redistribuir esas entradas a mi antojo. Por lo demás, estoy realmente contento con el sistema, pero claro, en este caso tengo necesidades muy modestas que quizá en el futuro vayan creciendo.
17. Cables
Un tema peliagudo que hará que muchos tengan más de un problema con el WAF (Wife Acceptance Factor, o sea, la opinión de tu pareja), ya que lo suyo es esconder los cables tanto como sea posible para que el salón siga estando cuco. No os engañéis: habrá cables por todas partes, porque tendréis que conectar todos los periféricos del PC, el PC al receptor A/V y a la tele, el receptor A/V a todos los altavoces y al proyector, etc, etc.
Entre los cables que yo necesité destaca sobre todo el que conecta el receptor A/V con el proyector, que está a una distancia de unos 3 metros y medio en línea recta. Pero claro, para esconder el cable hay que ir a ras de pared (afortunadamente hay una moldura que nos ayudó a conseguirlo) y esa distancia aumentó hasta los 8 metros y medio. La solución: comprar un cable en EEUU de HDMI a HDMI de 35 pies (unos 11 metros) que saliá como un 50% más barato de lo que hubiese costado aquí. Para que os hagáis una idea, aquí cuestan del orden de 90 euros, mientras que allí salen por unos 40. El riesgo de tener un cable HDMI tan largo es el de apreciar algunos defectos en la calidad de la imagen, pero yo he tenido suerte – y el cable debe ser medio bueno – porque no he notado ningún defecto en la señal. Aún así me colé en la compra y en realidad compré uno de HDMI a DVI – porras – así que al final tuve que comprarme un adaptador de DVI a HDMI (25 euros la broma por un conector de palo) que por lo menos solucionó mi error.
Además de esto tendréis que aseguraros de conectar la tarjeta de sonido del PC al receptor A/V mediante un cable óptico, y en mi caso la gráfica ya venía con un cable HDMI de metro y medio que utilicé para conectarla al receptor A/V. El gran secreto para esconder los cables ha sido, al menos en nuestro caso (¡pipi!) el uso decanaletas (en Leroy Merlin y Carrefour las hay de todos tipos), que tienen una parte adhesiva que se pega a la pared y que encierran al cable y lo sujetan sin que el efecto ‘decorativo’ sea tan horrible como dejarlos cogidos con pequeñas abrazaderas, grapas, y mecanismos similares.
El montaje
Iba a incluir instrucciones detalladas del montaje, pero la verdad es que probablemente todos los que os aventuréis seguramente tendréis experiencia con este tema, así que lo que sí incluyo es un slideshow con algunas imágenes que tomamos (¡pipi!) durante el proceso del HTPC:
 
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